Así que estamos en época de carnavales, de disfraces, verdad. Uno no sabe de que vestirse, de que disimular, entramos en la vanidad y nos vestimos de dandi, o nos damos al humor y nos disfrazamos de payasos, y nos vamos quedando con el personal. Hay que reconocer que los que dan cierto encanto son aquellos en los que no te conocen, y a veces no te reconoces ni tú, y eso antes de salir de casa.
Hay disfraces de algunas damas que te hacen sentirte mal por no haberte disfrazado de principe. Aunque también está el de zorro...
Joder, tengo una fiesta el fin de semana y no sé, no sé de que me disfrazaré, improvisaré, o quizás me quede como estoy, quizás no se me note.
Hay disfraces preciosos, originales, trabajados; otros, que te dan ganas de colaborar, de acercarte y decir, oye si necesitabas ayuda.
Pero he de reconocer que me gustan muchos de los disfraces, pero el que no me gusta y además tiendo a aborrecer es el de la mentira, suele tener varias caras o disfraces, y casí siempre te pilla por sorpresa, y te jode, con un es que así era, que te pensabas; que a veces te apuñala justo cuando atraviesas el "umbral", ese que dices que bello y te fias...; es un disfraz que se utiliza mucho, y me da la sensación que ahora más que antes, se ha exportado incluso de los carnavales a otras épocas, y ahora es extraño verlo en estas fechas de las que hago mención, a lo mejor es como para algunos no ir disfrazados, o a lo mejor es que estos días se ve al tras luz; he de reconocer que ese disfraz es muy rentable, está de moda, te hace parecer más sociable, más listo, más astuto, lo que pasa es que ese disfraz me da a mí de entera y saca mis peores humores en cuanto le veo aparecer, que suele ser demásiado tarde...aunque me estoy entrenando y a veces lo veo venir, y aprovecho para sacar a relucir mis conocimientos de la esgrima....