lunes, febrero 19, 2007

El Viaje...

Todavía el tren se encuentra en todo su rezumar, humeante vapor, rujido de sus engranajes, y suave susurro llegado su destino.

El viajero se desliza por la pasarela y posa su pie en el andén, ha viajado durante varios años y trae consigo su equipaje interior, un montón de recuerdos y alguna que otra señal que marca y deja su huella. El viajero trae consigo alguna que otra arruga de más, algún pelo menos, y cierta mirada abstraída que se ha forjado a base de observar.

En el trato con los demás ha introducido un silencio enigmático, que no es más que recuerdos y nostalgias de lugar y personas no presentes.

Su caminar es diferente y está adaptado, preparado para cualquier tipo de suelo.

Su ropa no demuestra ser la última de la moda, pero si que demuestra el haber andado por muchos lugares de la Tierra, desde mundanos a antros de feo nombre.

Su mirada demuestra astucia, tristeza, y otros ratos alegría contenida.

Observándole entre la multitud no demuestra ser quién es, ni se empeña, se muestra sencillo y contenido, sabiendo que nada hay que aparentar, a lo sumo una ligera sonrisa exterior que le alegra el interior.

Camina, camina, con serenidad, y con la cabeza bien alta...