La esencia de lo que somos va mucho más allá de tu propio conocimiento y de la propia visión de ti mismo. Lo dicen los genes.Mucho hay dentro de ti. Y mucho más dentro de algunos.
El espíritu es esa zona inmaterial donde residen tus sueños y aspiraciones, tu modo de ser y comportarte, la escultura de ti mismo.
Ni quién te tiene a su lado puede creer que sabe todo de ti, ni una pequeña parte sabe. Si ni siquiera con todo tu empeño en conocerte muchas veces te sorprendes de lo que haces y eres capaz de hacer.
Quién cree conocer todo el ser de alguien no hace más que equivocarse y más si a quién cree conocer no hace más que enriquecerse, cultivarse. Pues ese alma, engrandeciéndose va a tener la capacidad de obrar con improvisación e instinto, fuera de toda norma establecida y será como se es, complejo, repleto, con callejones y con grandes bibliotecas internas, que no son más que un montón más de relaciones neuronales y un sinfín mayor de reacciones químicas.
Si te empeñas en olvidar esa parte de ti serás una maquina más, un animal más, y no harás más que rechazar aquello tan individual y diferente camino único de la libertad, la que vas conquistando...
Quizás si te empeñas... esa alma se empequeñezca y se convierta en algo marchito y de menor funcionamiento y sea capaz de sorprender a los demás cada vez menos.
Es completamente importante trabajar el ser, mucho más importante que lo que pareces, pues es donde reside lo inconfundible y lo eterno, con sus flujos, con sus encuentros, con sus estimas,...
